Desde antes de que el Clausura 2020 se viera obligado a ser suspendido por la pandemia de COVID-19, Renato Ibarra ya estaba separado del club, por verse envuelto en una demanda por violencia familiar hacia su ex pareja. El América ya se tardó, y demasiado, en terminar su contrato.

El América esta buscando la forma de deshacerse de Renato Ibarra…Hay “ordenes” de que no vuelva a vestirse como americanista…

— David Faitelson (@Faitelson_ESPN) June 15, 2020

Desde el mes de marzo América ha buscado mover a dos de sus jugadores, sin éxito. Se trata de Renato Ibarra y Roger Martínez, que aunque bien sus causas para salir del club son diferentes, la directiva ha estado buscándoles equipo. La situación de Roger no es tan apremiante como la de Renato, que desde que se supo la demanda y pasó una semana en la cárcel, debería de haber sido despedido.



Miguel Herrera declaró que el club considera a Ibarra como un activo, razón por la cual su contrato no ha sido rescindido, pues América tendría que pagarle todos los años restantes, pues está vinculado al club hasta 2022. Independientemente del peso económico, el ecuatoriano ya no debería de ser siquiera asociado con el club, las Águilas deberían de haber seguido el ejemplo de algunos equipos de la National Football League (NFL) y haberlo despedido cuando se dieron los hechos de violencia.



El América tiene que seguir ciertos valores que constantemente alardean tener, en el caso de Renato Ibarra, no lo están aplicando. Claro, es un problema que ningún equipo en México lo quiera o que busquen pagar la mitad de lo que vale su carta, pero el equipo azulcrema, ya se tardó bastante en solucionar esta delicada situación.


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