Han pasado seis meses desde el accidente entre Raúl Jiménez y David Luiz, donde el mexicano tuvo un fuerte choque de cabeza con el futbolista del Arsenal, dejándolo con una fractura de cráneo y en el momento en un estado inconsciente en el terreno de juego, mientras hacían su labora las asistencias médicas.







Estos fueron momentos de angustia para Daniela Basso, esposa del delantero del Wolverhampton, quien relató para una entrevista en el The New York Times, lo vivido durante esos minutos mientras veía que su pareja no se levantaba ni respondía después del encontronazo.







“Desgraciadamente, lo primero que pensé fue que se murió. En pantalla nunca lo vi reaccionar. Normalmente, cuando los jugadores se caen y se lastiman, ves reacción. Ahí es cuando sabes si están fingiendo o no. Pero no vi nada. No pude ver nada. No pude ver sus ojos. Era una de las sensaciones más feas en la vida”, externó la actriz.



Aunque la situación era complicada y no recibía noticias sobre el estado de salud del jugador, Basso intentó estar en calma especialmente por su hija Arya, misma situación que la mantenía imposibilitada para poder moverse e intentar buscar razón de su esposo.



“Pasaron 45 minutos hasta que supe que estaba vivo. No sabía si estaba bien, o si estaría bien, solo vivo. Imagínese, 45 minutos en los que tuve que tratar de mantener la calma y decirme que todo saldría bien”, platicó.



Después de un tiempo fue notificada por el médico que debía trasladarse a Londres para estar en la cirugía, por lo que durante tres horas de viaje se mantuvo rezando y con incertidumbre debido a que el tener que estar ahí implicaba un riesgo mayor respecto a lo sucedido.



“El doctor sabía que tenía una bebé, prácticamente recién nacido. Cuando dijo que ‘sí, vente’, supe que era muy grave. De nuestras familias y nuestros amigos en México, fue un bombardeo. Tenía que ser fuerte. Tenía que decirles que todo iba a estar bien”, puntualizó.



El futbolista estuvo durante tres horas en cirugía; sin embargo, Daniela fue notificada de que la operación había sido un éxito, pero que por las restricciones que se mantenían por la pandemia, no tuvo oportunidad de verlo por mucho tiempo; sin embargo el verlo bien después de la intervención, pudo mantenerse más tranquila para poder notificar a quienes preguntaban por su salud.


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